El cierre fiscal se acerca, conoce la mejor manera de preparar a tu empresa para afrontarlo
El cierre contable y el cierre fiscal de una empresa representan la culminación de un año de trabajo y sus procesos, pérdidas y ganancias. Existen diferencias esenciales entre uno y otro, pero ambos son igual de importantes para el buen funcionamiento de las actividades financieras de una empresa de cara a nuevos periodos.
El cierre fiscal debe llevarse a cabo después del cierre contable, si se hiciera antes podría haber fallas, ya que el cierre fiscal es el resultado de los impuestos a pagar acorde a las ganancias finales.
¿Cómo prepararte para el cierre fiscal?
Una vez que el cierre contable concluye, y que se sabe a ciencia cierta cuáles fueron las utilidades o pérdidas del año, se debe empezar a organizar el pago de impuestos, las deducciones fiscales y las amortizaciones de activos. Todo esto se debe hacer con mucha atención y sumo cuidado, pues de lo contrario puede haber errores en las cifras que a la larga se vuelvan un problema para Hacienda. Para evitar incumplimientos y multas, es necesario tener un procedimiento minucioso y exitoso.
Antes del cierre fiscal, las empresas deben revisar el buen funcionamiento de sus operaciones. En cada operación se debe buscar que todo fluya bien, que no haya anomalías, que haya procedimientos de prevención, implementación y revisión, para que al momento de pagar impuestos exista claridad suficiente.
Hay algunas operaciones que requieren más atención que otras: los repartos de dividendos, pagos a extranjeros, pérdidas operativas, incremento de gastos de operación, incremento de ventas o reducciones de capital, pueden significar un punto rojo para las autoridades fiscales, así que asegúrate de que todo esté en orden en relación a ellas.
Comprueba que todas las cifras cuadren, que las fechas estén bien establecidas, que se hayan realizado todas las amortizaciones, que el inventario esté en orden y que haya registros mensuales de cada cosa. Comprueba, también, que no haya sueldos atrasados, deudas pendientes de cobro o de pago.
Con toda la información recabada, se puede calcular el coeficiente de utilidad, un cálculo que permite mostrar cuánta utilidad tuvo la empresa en ciertos ejercicios, con el objetivo de saber qué esperar para el año siguiente. Este cálculo se hace con base al último ejercicio de doce meses por el que se debió presentar declaración. Se adiciona la utilidad fiscal o se reduce la pérdida fiscal del ejercicio por el que calcule el coeficiente. El resultado se divide entre los ingresos nominales del mismo ejercicio. Esto sirve para que se calculen los pagos provisionales mensuales para el año fiscal que comenzará después, por lo que es vital para las empresas.
Entre más nos acercamos al final del año, más prevención debemos tener con respecto al calendario fiscal. Revisa cuál es tu plazo límite para cumplir con esta obligación. Si te funciona, haz un pre-cierre que te ayude a identificar errores para evitar incidencias en el cierre final.
Si necesitas ayuda, un despacho contable puede ayudarte a conciliar y revisar el estado financiero de tu empresa para lograr un cierre fiscal preciso y sin errores, que además te permita visualizar el siguiente periodo en el ámbito financiero del negocio.
Deja en nuestras manos tu Cierre Fiscal, contáctanos.
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